Por Ninoska Martínez

Muchas veces cuando somos madres nos olvidamos de ser, sí de ese ser humano que habita en nosotras y pide a gritos muchas cosas que el día a día se va llevando. Eso no nos quita el amor a nuestros pequeños, no somos mejores ni peores, somos solo eso, un ser humano que ama, siente y puede odiar a la vez.

Cuando comencé a ser madre de dos en una etapa donde amamantaba a mi segundo hijo y luchaba por compartir el amor en dos seres que se merecían mi mundo, pero  al mismo tiempo tenía que lidiar con esa sensación de cansancio que muchas veces nos arropa y no nos damos cuenta.

En esos días me levantaba cansada y me acostaba en la misma condición, pero había momentos donde casi no podía más, el privilegio que había en mí, de echar hacia delante esos dos seres que habían llegado a mi vida a llenar mi día a día, no sólo de cansancio también de buenos momentos.

Es ahí querido diario donde me siento plena y disfruto hasta del agotamiento que me da ser madre, ser bipolar y disfrutar del placer de verlos crecer.

Después nos reencontramos…

NM.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *